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La Virgen del Rocío, también conocida por otras denominaciones, como "Blanca Paloma" o "La Reina de las Marismas" es una advocación mariana que se venera en la ermita de El Rocío en Almonte (Huelva). La romería que se realiza en su honor es una de las más importantes de España, conocida internacionalmente y que congrega cada año a más de un millón de personas.
Se trata de una obra del siglo XIII que, a principios del siglo XV, sufrió una restauración. A mediados del siglo XVII sufrió otra modificación para vestirla.
LEYENDA
Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre
que había salido a cazar, hallándose en el término de la Villa de
Almonte, en el sitio llamado de La Rocina (cuyas incultas malezas le
hacían impracticables a humanas plantas y sólo accesible a las aves y
silvestres fieras), advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros,
que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas
expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos
trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado
lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el
simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del
original delito; miró una Imagen de la Reina de los Ángeles de estatura
natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza
peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era
su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina.
Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo
sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a
costa de sus afanes, desmontado parte de aquel cerrado bosque, sacó en
sus hombros la soberana imagen a campo descubierto. Pero como fuese su
intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel
sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó
dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin
la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio
primero, y allí la encontró como antes. Vino a Almonte y refirió todo lo
sucedido con la cual noticia salieron el clero y el cabildo de esta
villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les
había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo
que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias,
rayos de sol y tempestades.
Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y
la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en
aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña
ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la
imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de
peana. Aforándose aquel sitio con el nombre de la Virgen de Las Rocinas.
TRASLADOS A ALMONTE
Los traslados de la Virgen del Rocío a su pueblo de Almonte vienen desde hace siglos; la aldea del Rocío se encuentra a tres leguas del pueblo de Almonte. Cuando en Almonte ocurría algún hecho como epidemias, guerras, sequías, malas cosechas o hambre, se traía a la Virgen del Rocío, donde permanecía el tiempo necesario en la parroquia de la villa, donde se le celebraban cultos y misa, para ser devuelta después a la ermita del Rocío. El primer documento escrito sobre un traslado es en el año 1607, donde un se cuenta el traslado de la Virgen hasta el pueblo de Almonte por "sequía", el día 21 de abril de 1607. La Virgen del Rocío ha sido trasladada mucho antes del año 1607, sin embargo hoy en día no existen documentos escritos sobre estos traslados.A mediados del siglo XX, el pueblo de Almonte decide que cada siete años la Virgen del Rocío visite a su pueblo. Se trata, pues, de una tradición relativamente reciente, que data del año 1949.5 Cuando surge esta nueva tradición de los siete años, la virgen es trasladada en agosto en fechas del conocido Rocío chico. Durante este camino hacia el pueblo, la Virgen va tapada para que el polvo que se levanta no dañe su estructura. Los adornos del paso es tradición que sean llevados por las ancianas almonteñas, conocidas popularmente como "las abuelas almonteñas". El camino de ida es nocturno, está salpicado de hogueras y se hace campo a través por sitios previamente determinados, que cada siete años constituyen el mismo itinerario.
Al llegar a Almonte, la Virgen es colocada sobre una tarima, para ser bien vista por todos, en el lugar llamado “El Chaparral”. Allí, las camaristas de la Virgen son las encargadas de quitarle el "pañito" que cubre su cara y posteriormente el guardapolvo que cubre toda la imagen en el camino. La tradición manda que el velo ha de ser quitado en el momento en que el primer rayo solar del día ilumine el rostro de la Virgen. En ese momento cientos de trabucos y escopetas disparan salvas en honor de la Virgen. En Almonte permanece nueve meses; dos semanas antes de la romería del Rocío, la Virgen sale, vestida de reina, en procesión por el pueblo de Almonte. Una semana después, es vestida de pastora y se traslada de nuevo a la aldea del Rocío, donde una semana después se celebra la tradicional romería de Almonte, la romería del Rocío.
FOTOS ANTIGUAS
FOTOS DE LA VIRGEN DEL ROCÍO